221B de Baker Street, esa fue la localización escogida por Sir Arthur Conan Doyle como residencia de uno de los más famosos detectives de todos los tiempos, Sherlock Holmes, y su amigo el doctor John H. Watson, quienes según las novelas vivieron allí entre los años 1881 y 1904.

Aunque Conan Doyle eligió este número porque, en su época, Baker Street terminaba en el número 85, la renumeración de las calles en la década de 1930 provocó la aparición de este número en la llamada Abbey House, propiedad del banco homónimo. Entonces empezaron a llegar multitud de cartas dirigidas al famoso detective, procedentes de todo el mundo, por lo que se creó un Secretariado de Sherlock Holmes para responderlas. Esto provocó un conflicto con el Museo de Sherlock Holmes, ubicado entre los números 237 y 241 de la misma calle, hasta que en 2005 se reconoció la potestad del museo para recibir las cartas dirigidas al detective londinense.

Hoy en día, el Museo de Sherlock Holmes es uno de los lugares más visitados de Londres. A la salida del metro de Baker Street, el detective te da la bienvenida en la forma de una estatua de bronce de tres metros, patrocinada por el banco Abbey en 1999. El estudio del primer piso donde según su autor vivían Holmes y Watson ha conservado su estilo y muebles de la época victoriana y, al precio de 6 libras, merece la pena sumergirse en la atmosfera en la que hubiera vivido el personaje. Y si no vais a ir a Londres en breve, siempre podéis hacer un vídeo tour en la página del museo: http://www.sherlock-holmes.co.uk/video.html

Como curiosidad, existe aún otra recreación del apartamento de Holmes y Watson: el Sherlock Holmes pub, en Northumberland Street, cerca de la estación de tren de Charing Cross. El pub está decorado al estilo victoriano y el piso superior alberga una reproducción del apartamento del detective. Puestos a beber, al menos hagámoslo con estilo.

Fotografía de Jordan 1972 en la Wikipedia.