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Una Gran Esfinge egipcia
Cuando uno piensa en Egipto se imagina grandes pirámides y, seguramente, en caso de que se quiera conocer el país africano, serán éstas el mayor recuerdo que se lleve de su viaje. Sin embargo, aunque menos conocidas, las esculturas también sorprenden al visitante por su monumentalidad y majestuosidad, y es que parece ser que los egipcios no conocían el adjetivo ‘pequeño’.
Una de las más importantes esculturas que aún hoy en día causan admiración es la Gran Esfinge de Guiza, ubicada en la ribera occidental del río Nilo. Su nombre se debe a que pertenece a la ciudad de Guiza, localidad que se sitúa a unos veinte kilómetros al sudoeste de la capital del país, El Cairo.
Aunque la estimación sobre la fecha de la escultura es complicada, los egiptólogos creen que podría haber sido esculpida en el siglo XXVI a. C., durante la dinastía IV de Egipto. Ésta forma parte del Imperio Antiguo de Egipto, iniciado alrededor del 2630 a. C. con el reinado de Seneferu y que termina en el 2500 a. C. con el de Shepseskaf. Más de 4000 años y la Gran Esfinge de Guiza permanece ahí, inamovible con el paso del tiempo.
La roca caliza con la que ha sido construida la Gran Esfinge ha permitido la conservación de la misma. El rostro mide más de cinco metros y en total tiene una altura de unos aproximadamente veinte metros. Con este tamaño, parece mentira que no se haya despedazado con el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas. Lo cierto es que, aunque se han llevado a cabos constantes restauraciones, los ataques de los mamelucos dejaron desprovista a la Gran Esfinge de su nariz y barba, encontrándose ésta última en el British Museum de Londres.
Llamada por los lugareños ‘Abu el-Hol’ (Padre del Terror), la Gran Esfinge de Guiza representa al rey con la fuerza de un león y también con la inteligencia humana. Junto a la estatua se construyeron dos templos como lugares de ofrendas a la denominada por los egipcios ‘imagen viviente’. Aunque durante años se pensó que representaba al faraón Kefrén, posteriormente se supo que era a Keops a quien honraba. Aunque en la antigüedad estaba pintada con colores vivos, hoy en día estos no son perceptibles. Aun así, visitar la Gran Esfinge de Guiza es una de las actividades pendientes a realizar si viajas al gran país egipcio.
