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Tsodilo, las rocas de los dioses del Kalahari
Unas de las pinturas rupestres más antiguas del mundo
En la frontera entre Botswana y Namibia, en el inhóspito desierto del Kalahari, unas rocas explican historias sobre el origen del mundo. Los bosquimanos, la tribu que habita estas tierras, cuentan que en este lugar fue donde los dioses crearon el mundo, en la cima de las colinas de Tsodilo.
Tsodilo es un paraje situado cerca del delta del Okavango donde emergen cuatro colinas, en las cuales, según los bosquimanos, habitan los dioses que crearon el mundo. Por ello las consideran un lugar sagrado y, desde tiempos inmemoriales, se han venido celebrando rituales chamánicos que han dado como resultado uno de los mayores y más antiguos yacimientos de pinturas rupestres del mundo: más de 4.500, algunas de las cuales tienen casi 24.000 años de antigüedad.
Este es un lugar mágico. Los bosquimanos se refieren a este lugar como “las rocas que murmuran” y “las montañas de los dioses”. En 2006, la arqueóloga canadiense Sheila Coulson descubrió una roca a la que llamó “la roca de la serpiente” porque a ciertas horas del día parecía la cabeza de una serpiente recubierta de escamas y, a la luz de una hoguera, parecía moverse. Los habitantes antiguos de este lugar, la etnia san, seguramente pensaron lo mismo, ya que frente a la “cabeza” de la serpiente la arqueóloga halló unos 13.000 objetos de piedra, algunos de los cuales tenían en torno a 70.000 años de antigüedad. Esto convertiría a Tsodilo en uno de los asentamientos más antiguos que se conocen en el mundo y uno de los primeros lugares con rituales chamánicos conocidos.
Tsodilo fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2001, convirtiéndose en un popular atractivo turístico y en una fuente de ingresos para la gente del lugar, ya que las rocas sólo se pueden visitar con guías locales. En las proximidades de las colinas hay un museo donde se exponen objetos desenterrados y se explica la historia y las leyendas del lugar. Las rocas murmuradoras desvelan sus secretos, haciéndonos partícipes de su magia ancestral.
Fotografía de cj Huo en la Wikipedia.
