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Supera tu miedo al avión

Aunque el avión es el transporte más seguro  de todos, para muchos se convierte en una auténtica pesadilla cada vez que hay que subirse a uno. Y es que la sensación de no ser uno mismo quien controla el aparato se suma a los nervios por el temor a las alturas. No obstante, hay situaciones en las que no queda más remedio que coger un avión, pues no a todos los destinos es posible llegar por otro medio que no sea por aire. Algunos de los remedios que podrán ayudarte en caso de tener que viajar en avión son los siguientes:

Lo primero de todo y más importante es llegar a tiempo para coger el avión. Seguramente este es un motivo de nervios, puesto que sólo faltaría perder el avión y tener que retrasar el viaje, así como gastarse más dinero comprando otro vuelo. Los nervios incrementarán tu miedo y por tanto, es aconsejable ir con el tiempo de antelación previsto por las compañías aéreas, por muy exagerado que parezca en principio. En dos horas tendrás tiempo de facturar y, al mismo tiempo, concienciarte del hecho de que vas a subir en un avión. Y es que, aunque esto pueda parecer que puede ocasionar más nervios, se ha de ser consciente de lo que se está a punto de hacer, y más aún, de lo que espera después de ese rato de nervios, que suele ser en general mucho más agradable.

Si tu problema son las alturas, intenta seleccionar un asiento alejado de la ventanilla. Está claro que desde ella se puede observar la superficie a muchos metros de distancia y, por lo general, mareará y atemorizará a todo aquél que deteste los paisajes a vista de pájaro. Si te sitúas por el medio del aparato deberás centrarte en lo que acontece dentro del avión, como si se tratara de un simple autobús o ferrocarril. Fíjate en las azafatas y sus carritos, en aquello que venden y promocionan, y, en caso de sentirte bien, ingiere algo como si estuvieras en un transporte convencional de tu ciudad. Otro problema común suele ser el dolor de oídos por la presión a la que son sometidos en los despegues y aterrizajes. Por ello, es aconsejable masticar un chicle durante el trayecto que, en principio, disminuye el riesgo de sufrir dolores en ellos.   

Es importante, también, ir acompañado con alguien a quien no le dé tanto pavor volar. En aquellos momentos de más tensión, como puede ser cuando el avión empieza a despegar, puedes apoyarte en esa persona, cogerle de la mano y esperar a que esos minutos se conviertan en segundos. Una conversación banal ayudará a desmitificar el acto de volar. Piensa que al día vuelan millones de aviones por todo el mundo y que por muy poco usual que sea para ti coger un avión, hay personas que lo hacen cada día. Si sigues estos consejos seguramente afrontes el próximo vuelo con mayor positivismo.