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Le Verseau, un mural en una central nuclear
A mucha gente le gusta viajar, pero lo que no le gusta tanto son las autopistas. Es comprensible, pues muchas veces la conducción se hace monótona y la intención es llegar al destino. Pero a veces las autopistas guardan sorpresas a las que vale la pena prestar atención para que el viaje no se haga tan pesado. Algo que nunca esperarías ver es una pintura al fresco realizada sobre una torre de refrigeración de una central nuclear.
Pero así es: se encuentra en la central nuclear de Cruas, en el tramo de autopista que une las ciudades de Valence y Montélimar. Queda justo al lado de la autopista, así que de seguro verás las cuatro chimeneas, con un gigantesco mural de 155 metros de altura en una de ellas. La obra lleva por título Le Verseau (Acuario), y representa un niño vertiendo el agua de una concha como símbolo de la unión entre aire y agua.
El tamaño del mural ya da una idea del tremendo trabajo que supuso realizarlo: más de 8.000 horas de trabajo y 4.000 litros de pintura fueron empleados para esta impresionante obra de 13.500 metros cuadrados, para cuya consecución hubo que emplear la ayuda de nueve alpinistas. Aunque hace bastantes años que ya se podía contemplar, no fue inaugurado oficialmente hasta 2005.
Tamaña obra fue un encargo de los propietarios de la central en 1991, que querían una pintura que reflejara un mensaje ecológico (cosas de la imagen corporativa). El diseño fue encargado al maestro de Bellas Artes Jean-Marie Pierret, que también ha realizado otra obra igual de impresionante llamada Géant (El gigante) en la presa de Tignes (región de Savoia). Pierret decidió utilizar la imagen de Acuario, signo zodiacal que representa la unión entre lo etéreo (el aire) y el origen de la vida (el agua). Un curioso motivo ecologista para una central nuclear.
