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Everglades, un mundo frágil y misterioso

En el extremo sur de Florida, entre las cálidas aguas del Caribe y la fría extensión del Atlántico, se encuentra un mundo de humedales sumergidos en la bruma. El Parque Nacional de los Everglades acoge un mundo muy distinto de los más famosos parques naturales de Estados Unidos, un mundo que poco a poco va retrocediendo.

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Los Everglades son uno de los humedales más extensos de Norteamérica, a pesar de que la extensión actual del parque (6.104 kilómetros cuadrados) es sólo un 20% de la que ocupaban originalmente. Y es que el suelo de los humedales, que dependen de las inundaciones, se está desecando; y ello empuja a las especies de plantas y animales a vivir en un espacio cada vez más limitado. Entre 2007 y 2010 el parque estuvo inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro; ahora parece que el peligro se ha detenido, aunque difícilmente los Everglades van a recuperar su esplendor pasado.

Estos humedales son un ecosistema único en el mundo en cuanto a la variedad de fauna que albergan: aves de todo tipo, flamencos, pelícanos y águilas pescadoras; nutrias en los ríos; el raro manatí en los estuarios; tortugas y serpientes; ciervos y pumas (los últimos de Florida); y tal vez lo que hace más peculiar a este parque, cocodrilos y caimanes, el único lugar en el mundo donde estas dos especies coexisten. Entre las especies vegetales también conviven las especies de suelo seco y las que hunden sus raíces en el agua. La magia de los Everglades es la de reunir tanta variedad en un mismo ecosistema.

Un ecosistema que es muy frágil, por lo que al acceso de los visitantes está rigurosamente controlado. En el interior del parque no hay más edificios que los dos centros de visitantes, las pasarelas de observación permiten desplazarse sin molestar a los animales y sólo hay dos carreteras que crucen el parque, aunque la mejor manera para desplazarse de un lado a otro son los hidrodeslizadores que navegan por los pantanos y manglares. Mientras los deslizadores avanzan por las cenagosas aguas, los cocodrilos y los caimanes miran con desconfianza a los intrusos que se atreven a adentrarse en su mundo.

Pese a todas las distinciones que posee (Parque Nacional, Patrimonio de la Humanidad, Reserva de la Biosfera, humedal de importancia internacional y Área Natural Silvestre), este frágil y único mundo no deja de estar fuera de peligro. Quien sabe si el nombre de Everglades (“claro eterno”) será acertado.

Fotografía de Moni3 en la Wikipedia.

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