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El romántico puente de Triana

Recorrer el sur de la península es una maravilla para los sentidos. El aroma a flores por las calles, el ambiente nocturno de las espaciosas plazas, las pequeñas tabernas con sus famosas tapas,…. Los monumentos también son de gran atractivo para los visitantes y además, hay pequeñas y no tan pequeñas construcciones que enamoran a turistas y residentes. Uno de los grandes símbolos de Sevilla es el puente de Triana, y aunque éste no se trate de una gran obra histórica como lo pudo ser la Catedral de Sevilla o la Mezquita en Córdoba, se convierte año tras año en uno de los lugares más visitado de la capital hispalense.

El puente de Isabel II, que es como realmente se llama, fue construido en 1852. Aunque recibió este nombre por ser edificado bajo el reinado de Isabel II, popularmente se conoce como el puente de Triana por unir el casco antiguo de la ciudad con el  singular barrio de Triana.

Aunque este símbolo tiene un pasado más o menos reciente, fue en 1171 cuando se construyó el puente de barcas en el mismo emplazamiento, siendo éste sustituido finalmente por un puente de carácter más permanente, el que hoy en día conocemos como puente de Triana. El diseño de éste, elaborado por arquitectos franceses, recrea el del Puente Carrousel, levantado sobre el río Sena en París.

Si hay un momento para pasear por este magnífico símbolo sevillano es, en mi opinión, al atardecer. Cuando el sol empieza a ofrecer sus últimos rayos y el cielo comienza a teñirse de diferentes tonalidades rosadas, es increíble cruzar el puente y divisar como el casco antiguo se pierde a lo lejos mientras que se le da la bienvenida a uno de los barrios con más personalidad de España. El puente de Triana, además, constituye el puente de hierro más antiguo conservado en todo el país.

Amor polémico

Uno de los puentes más famosos que cruzan el río Tíber en Roma es el Milvio, convertido en “el puente del amor” para muchos italianos y turistas en la ciudad. Allí, siguiendo el ejemplo del protagonista de uno de los libros de Federico Moccia, muchas parejas enamoradas han sellado su amor poniendo un candado en los barrotes del puente y tirando las llaves de éste al río.

Aunque pueda parecer romántico y único lo de este enclave romano, la moda de los candados de los enamorados ha llegado a Sevilla. En el puente de Triana muchos visitantes han querido recrear lo que en Roma ya es una tradición. Mientras que unos opinan que se trata de algo que puede generar más turismo para la ciudad, otros piensan que se trata de una amenaza para la estructura que sostiene el monumento. Además, muchos temen que se pueda rebautizar el puente y se cambie la estética del mismo.

Sea como sea, el puente fue declarado en 1976 Monumento Histórico Nacional y con candados o no, es uno de los atractivos turísticos más importantes para los que deciden pasar unos días en Sevilla. Si quieres un consejo, no te conformes únicamente con pasar el puente de Triana. Sumérgete en Triana  y descubre por qué se trata de uno de los barrios más famosos de España.