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El paraíso natural de Aldabra

Las islas Seychelles son uno de los paraísos que todo el mundo espera visitar algún día. Quizás es su nombre, que  a la vez que complicado suena paradisiaco, el concepto de isla, que a la mayoría de personas atrae y embelesa, el concepto que uno se hace en su mente… pero pocas personas saben realmente que ofrecen las Seychelles.

Aldabra es bastante desconocida para todos aquellos que sólo han escuchado las Seychelles de pasada. Se trata de un atolón, un conjunto de varias islas pequeñas que forman parte de un arrecife de coral con una laguna interior que comunica con el mar. Tiene una gran riqueza natural por lo que respecta a la flora y a la fauna del lugar, y tal es su belleza que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982.

El atolón de Aldabra es un paraíso a tu alcance. Situado en el Océano Índico, a poco más de 400 Km. al noroeste de Madagascar, es la isla principal del archipiélago de las Seychelles y el segundo atolón más grande del mundo con 34 Km. de largo y más de 14 Km. de ancho. Una sucesión de cuatro islas formando un anillo unidas por someros pasos de arena.

Aquellos que van buscando playas de postal no se verán decepcionados, ya que podrán disfrutar de aguas cristalinas y arena fina. Con el viento se han llegado incluso a formar dunas, en un juego acompasado del aire con las partículas de tierra. Para llegar hasta aquí y poder comprobarlo por ti mismo no tendrás más que coger un barco desde Victoria, la capital de las Seychelles, y prepararte para descubrir un nuevo mundo.

Aldabra es un lugar ideal para los amantes del mundo animal. Entre su fauna destacan las tortugas, especialmente las tortugas gigantes. Allí pueden vivir en armonía, ya que es un espacio protegido y no corren el peligro de la mano del hombre. Con su paso lento llegan a la costa en los meses de mayo y junio y, a una distancia prudencial del agua, escavan en la arena con sus patitas traseras para depositar los huevos y enterrarlos al caer la noche. Al cabo de dos o tres meses las crías nacerán, e instintivamente se dirigirán hacia el mar. Un espectáculo que con un poco de suerte quizás tienes la oportunidad de presenciar.

No hay población permanente en el atolón de Aldabra más allá de los propios animales y los científicos que trabajan allí. Un lugar en el que disfrutar de un clima tropical agradable, la tranquilidad está asegurada.

Fotografía 1, de Jhonny Shaw en Flickr

Fotografía 2, de Samantha Kotz en Flickr