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El Palazzo Ducale y los suspiros de Venecia

Cuando uno piensa en Venecia, inmediatamente le viene una imagen a la cabeza: la Plaza de San Marcos, con su basílica homónima, su Campanille y el espléndido edificio que se erige junto a la Laguna Véneta: el Palazzo Ducale.

Palazzo Ducale 460x306 El Palazzo Ducale y los suspiros de Venecia

Este magnífico palacio es uno de los lugares más visitados de Venecia, y en su día fue el más importante de toda la Serenísima República: residencia de los dux (gobernantes de la ciudad y sus territorios), sede del gobierno de la república, corte de justicia y prisión. El Palazzo Ducale alberga entre sus paredes siglos de historia y maravilloso arte, así que es inconcebible irse de Venecia sin visitarlo.

La visita es larga y lleva por las salas de gobierno, las cámaras privadas, la corte de justicia y las prisiones, para terminar en el gran patio bajando por la Escalera de los Gigantes, llamada así por las grandes esculturas mitológicas que la presiden. Los frescos, cuadros y acabados en oro están por doquier. Una audioguía te explica con detalle cada lugar, aunque hay tantos que al final ya estarás algo cansado. Es una de aquellas visitas con las que debes tomarte todo el tiempo que necesites para admirar cada uno de sus detalles, especialmente en la joya del palacio: la Sala del Consejo Mayor, la más grande y ricamente decorada de todas.

Pero sin duda el elemento más famoso del Palazzo Ducale es el Puente de los Suspiros, que une la antigua corte de justicia con las prisiones. Fue construido en 1602 por Antoni Cortino, aunque el nombre de Puente de los Suspiros se lo puso Lord Byron en el siglo XIX. La historia, tantas veces repetida, es que el nombre viene por los suspiros de los presos que cruzaban el puente hacia la prisión, al ver Venecia por última vez, aunque posiblemente Lord Byron se tomase una licencia poética: para cuando se construyó el puente ya no se practicaban ejecuciones sumarias y, además, poco podía verse ya que las ventanas estaban parapetadas.

Lo que si es seguro es que, tras visitar Venecia, suspirarás cada vez que la recuerdes, deseando volver. Es una ciudad que tiene algo mágico, algo que ninguna otra posee. Una ciudad que de seguro te hará suspirar.

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