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El Cabo Gracias a Dios, un nombre muy acertado

A veces la geografía nos sorprende con nombres extraños, imaginativos o desconcertantes que casi siempre tienen una historia detrás. Normalmente son calles, pero también los accidentes naturales pueden ser bautizados de las formas más anecdóticas posibles.

Cabo Gracias a Dios 460x345 El Cabo Gracias a Dios, un nombre muy acertado

Este es el caso del Cabo Gracias a Dios, en la frontera entre Honduras y Nicaragua. Su curioso nombre se lo debe a Cristóbal Colón, que en 1502 se aventuraba hacia el sur del Caribe. Sus naves lo estaban bordeando, cuando Colón y sus navegantes se vieron sorprendidos por una terrible tormenta, posiblemente un huracán, que durante dos semanas amenazó con hundir las carabelas. Sin embargó, al doblar el cabo este les protegió de la tormenta, y cuentan que entonces fue cuando Colón exclamó: “¡Gracias a Dios que al fin salimos de esas honduras! Esta frase dio nombre al cabo y también al territorio que dejaban atrás, que desde entonces fue llamado Honduras.

La expresión no es para menos, ya que el cabo era en aquellos tiempos un punto muy peligroso para la navegación: el oleaje y las tormentas tropicales amenazaban con estrellar las naves de madera contra las rocas. Además, Colón escogió el peor momento para aventurarse por esas aguas: en septiembre, cuando los huracanes sacuden el Caribe con terribles tormentas como la que tuvieron que desafiar. Por ello, no es de extrañar que dieran gracias a Dios por salir vivos de aquella terrible experiencia.

El Cabo Gracias a Dios es la frontera más oriental entre Honduras y Nicaragua, ya que el límite entre ambos países lo constituye el río Coco, que viene a desembocar en este punto. Sin embargo, la soberanía sobre el cabo la ostenta Nicaragua.

Aparte de la historia que tiene detrás, su interés es fundamentalmente geográfico y climático, ya que como comentaba anteriormente es un lugar de abundantes tormentas tropicales y huracanes. A menos que seas un estudioso de la meteorología, no encontrarás especial interés en él; pero si aun así pones los pies allí y el día está feo, deberás reconocer que Colón acertó de pleno al ponerle ese nombre.

Imagen satelital de la NASA, cedida al dominio público.

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