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Cadaqués, la villa de ensueño catalana

¿Qué hizo a Dalí instalarse en este pueblo?

Salvador Dalí dijo que era la villa más bella del mundo. Por su parte, Federico  García Lorca afirmó que su viaje a Cadaqués había sido un sueño bonito que había tenido. Tales elogios no son casuales. Y es que esta localidad emana magia y luz por cada metro cuadrado que recorremos. Es un paraíso paisajístico que sobrevive al irremediable paso del tiempo, al ir y venir de transeúntes que, sin quererlo, empañan la belleza de un pequeño municipio marítimo.

En Cadaqués nada queda empañado. Todo brilla de tal modo que muchas generaciones de artistas se refugiaron entre sus calles empedradas, otorgándole aún más un encanto que desde tiempos inmemoriales le es  inherente. Se trata del pueblo más oriental de Cataluña y de su comarca, l’Alt Empordà. Ocupando la mayor parte de la costa de levante de la península del Cap de Creus, está notablemente aislado del resto de la comunidad.

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Por ello, separado del resto de la comarca casi hasta los últimos años del siglo XIX, Cadaqués ha vivido siempre de cara al mar, siendo éste su principal motor de crecimiento. Las actividades de subsistencia han sido principalmente la pesca y la viña; ésta última enriqueció la comarca en pleno siglo XVIII, aunque también fue la causante de la ruina que poco más tarde llegaría a Cadaqués y alrededores, debido a la plaga de filoxera que azotó las viñas a finales del siglo XIX.  A pesar de que ya en el siglo XX los turistas empezaron a descubrir las maravillas de esta zona catalana, Cadaqués siguió conservando hasta la actualidad una virginidad urbanística que, como decía, deja sin empañar cada uno de los tesoros de la localidad.

Dos colores resumen Cadaqués: un azul intenso del mar que se adentra en la villa y un blanco predominante en las casas del pueblo, todas encaladas y situadas alrededor de la iglesia de Santa María, que se alza como uno de los edificios más representativos de Cadaqués. La paz que respiraron artistas de todo el mundo al acudir a esta fantástica villa eterna sigue percibiéndose, caracterizando la estancia en el municipio.

Algunos decían que no había luz como la de Cadaqués; otros, que no podía sentirse una brisa marina como la de allí. Salvador Dalí fue quizás uno de los primeros en descubrir la localidad, justo después de su regreso de Nueva York… ¡Qué diferencia! Allí instaló su casa, más concretamente en Portlligat, un puerto natural del municipio. Y así, contando a medio mundo las maravillas de Cadaqués, empezaron a llegar personajes destacados de países variados: García Lorca, Picasso, Walt Disney, Norman Foster y un largo etcétera de artistas quedaron seducidos por la plasticidad de esas fabulosas casitas blancas que siguen dejando volar la imaginación a todo aquél que tiene la suerte de poder presenciarlas en persona.

Y es que aún sigue estando bastante apartado del resto de la comarca, y nada tiene que ver con otras localidades costeras atestadas de turistas. Quizás en verano será cuando más volumen de gente podrás encontrarte, aunque tampoco será asfixiante como para no dejarte disfrutar de la localidad. Una curvilínea carretera entre montañas desde el pueblo de Roses será una de las pocas vías para llegar a Cadaqués. Otra será por mar, pudiendo coger un barco de nuevo en Roses que enseñará al viajero los misterios de los acantilados de la Costa Brava. Ninguna descripción será comparable a la realidad. ¡Visítalo!

Fotografía de Wikipedia

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Comments To This Entry.
  1. los barrios al minuto 25 agosto 2011 Reply

    Gracias por publicar, la información es muy interesante.

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