Stories
¡El Big Ben está inclinado!
¿Podría partirse el Big Ben?
Cuando hablamos de torres inclinadas, la primera que se nos viene a la cabeza es la de Pisa, que sin duda se trata de la más popular y fotografiada por absolutamente todos los turistas que pasan por la zona. Esta particular característica es lo que, en este caso, le proporciona fama mundial y lo que la convierte en importante atractivo turístico de la región. No obstante, pocas torres más gozan de popularidad por su aspecto inclinado. Sin embargo, parece ser que, a partir de ahora, uno de los edificios más turísticos del mundo comenzará a ser aún más popular por un reciente descubrimiento que pone en entredicho su verticalidad.
Es el archiconocido Big Ben, la torre del Reloj del Palacio de Westminster, sede de las dos Cámaras del Parlamento Británico. Construido en el 1858, nunca se había planteado una posible inclinación de la torre hasta que recientemente varios estudiosos locales han revelado un dato más que sorprendente: la punta del Big Ben se ha desplazado medio metro respecto al punto original.
Ya no son suposiciones ni opiniones aisladas de turistas que visitan la capital inglesa. Un estudio ha confirmado una inclinación más que evidente del Big Ben, medio metro que, obviamente, es una distancia irrelevante aunque lo suficientemente clara para saber que, muy posiblemente, esa inclinación pueda seguir aumentando con los años.
Primeras grietas
El símbolo de Londres, pues, ha protagonizado varias páginas de periódicos en las últimas horas por esta noticia, aunque fue el rotativo británico Sunday Telegraph el que publicó la exclusiva. Parece ser, además, que las primeras consecuencias de la desviación de la torre son, según ha informado el diario Daily Mirror, las grietas que están comenzando a surgir en las paredes del edificio británico.
Mientras que las primeras consecuencias ya han aparecido, las causas sobre la inclinación del Big Ben son aún un misterio. No obstante, muchos atribuyen el medio metro de desviación de la torre a los trabajos subterráneos que se realizaron y se siguen realizando alrededor del Big Ben. Sobre todo, uno de los que podría haber tenido mayor culpa es el de las obras llevadas a cabo para la construcción en 2003 de una nueva línea de metro, algo que, puestos a comparar, también recuerda al polémico paso de la tuneladora del AVE cerca de la barcelonesa Sagrada Familia.
Aunque los primeros alarmistas ya se han pronunciado acerca de hacer alguna cosa para frenar la inclinación del Big Ben, lo cierto es que tampoco es necesario preocuparse más de la cuenta. Y es que los científicos han asegurado que, según los cálculos, harían falta cerca de 5000 años para que llegara a partirse o romperse. ¡Como para verlo algún día!
